Salve Carora Invicta!
Cuna preclara de aquel Ulises de Colombia, Lara. De aquel león de nuestras selvas, Torres, Salve!.
Flores perinclita Carora, cuna ilustre de tantos paladines dispersos a los vientos de la gloria y de la fama.
Bienvenidos al pueblo de hoy Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora, como la bautizara Don Juan del Thejo en Septiembre de 1569 en su fundación a orillas del Río de las Auyamas "El Morere" (hilo de miel de perezoso curso - como lo llamara el poeta), en las tierras agrias y sin jugo de los ajaguas.
Bienvenidos a San Juan Bautista del Portillo de Carora como la bautiza tres años después el repoblador Don Juan de Salamanca, que además unió su sangre con Unibes, la primogénita la hija aborigen, la hija del cacique Kayatagua y con quien dio inicio a la vista de todos este mestizaje y esta "prole cabezona" que tanto ha dado al concurso nacional.
Bienvenidos al principal puerto carretero del centoccidente de Venezuela, a la capital del Municipio Torres, que ocupa casi la mitad del Estado Lara, puerto seguro y confiable para el crecimiento cultural y espiritual, para el comercio, la industria y el turismo.
Dicen que por la media noche de sus calles solitarias el diablo pasea sus travesuras, desde aquel espantoso día de la colonia en que Don Tiburcio Riera y Don Adrián Tuñón de Miranda, alcaldes ordinarios, desataron su rabiosa soberbia hispana para asesinar en nombre de la ley a los hermanos Hernández (aventureros contrabandistas).
Bienvenido a esta Ciudad de tradición y leyenda, ciudad procera, ciudad levítica, ciudad letrada, bohemia y musical.
La "Zona Colonial" y sus principales monumentos históricos hablan de un pasado que vive y se transmite con pasión a todos quienes la visitan. La catedral de San Juan Bautista de 1610, la capilla del "Cerro de la Cruz" (mirador natural de la ciudad) de 1744, La capilla del Calvario de 1787, La Casa Amarilla (viejo cabildo y cuna de la tradición del "Diablo de Carora"), El Balcón de los Alvarez (donde se alojará el Libertador), todas las solariegas casonas que a pesar del tiempo se mantienen de pié y habitadas compartiendo el confort de estos tiempos con la arquitectura y costumbres de antaño.
Carora también es cuna de músicos, autores, compositores e intérpretes y puede afirmarse sin equivocarse que en cada caroreño hay un músico presto a un concierto, una fiesta, una parranda casera o una serenata.
Alirio Díaz y Rodrigo Riera son nuestros embajadores musicales y el recuerdo de Don Pío Rafael Alvarado y sus golperos nos hace vivir a diario el folclórico "Golpe Curarigüeño" y el "Tamunague" para que se siga perpetuando su sabor, su calor y sus raíces.
En Carora se conjugan una diversidad de paisajes desde la aridez colmada de cujíes, cardones y tunas en la extensa otra banda pasando por la enormes plantaciones de caña de azúcar, los viñedos y las hortalizas. Podemos también disfrutar del paisaje y clima andino en las poblaciones de San Pedro y Jabón. La temperatura en Carora es del tamaño del calor y entusiasmo con que se recibe al visitante, la fama de buenos anfitriones que gozan los caroreños la tienen bien ganada.
Cerca de Carora se puede visitar el parque nacional "Cerro Zaroche" único xerófilo en el país, disfrutar de un baño en el Río Tocuyo y hasta hacer deportes acuáticos en la represa de Atarigüa.
Carora ha dado al país y a Latinoamérica la única raza tropical de ganado lechero, sus dos centrales azucareros, "El Central La Pastora" y "La Azucarera Carora" aportan día a día su producción al desarrollo del país y la región. Igual estamos mostrando al mundo los vinos Viña Altagracia y la espumante champagne "Pomar". El queso de Carora en todas sus variedades, las mejores carnes y los champiñones que se cultivan en San Pedro hacen gala en las mejores mesas del país. Por supuesto que no se ha dejado la crianza del chivo (la vaquita del pobre).
Carora es una ciudad con un buen desarrollo comercial, tiendas de ropa, antigüedades y artefactos electrodomésticos, grandes supermercados, panaderías y farmacias, agencias de los principales bancos del país, ferreterías, ventas de repuesto, concesionarios de vehículos, fabrica de alimentos concentrados para animales, alfarerías, carpinterías, talleres, industria metal-mecánica. En Carora se consigue de todo y ahora está desarrollando su Zona Industrial para ofrecer a los inversionistas un lugar seguro y con futuro para instalar sus industrias.
La artesanía caroreña es la mas rica y abundante muestra a nivel nacional por su variedad, calidad y la cantidad de artesanos involucrados. Los alfareros de Alemán siguen su costumbre centenaria fabricando los ladrillos, adoboncitos y tejas para muchas construcciones del país. Las vajillas, las chirguas las tinajas y pimpinas de San Pedro Caliente son muy cotizadas, los muebles con palo de cardón o de bejuco, los mejores cuatros e instrumentos musicales, no es exagerado decir que en cada sitio hay un taller, un talento y unas manos maravillosas en pleno proceso de creación y producción.
En Carora y sus alrededores hay muchas cosas que ver y hacer, una Tienta de Toros de la prestigiosa ganadería "Los Aranguez" por ejemplo, el proceso de extracción de semen del Centro de Inseminación Artificial, la cabalgata, la feria exposición y las subastas ganaderas, las faenas del ordeño en una finca, la vendimia de la uvas entre muchas otras atracciones. Una expedición a los cementerios aborígenes de los "Aranguez", admirar los petroglifos de "Pedernales" o escuchar el susurro de la "Cueva del Viento" es emocionante.
Carora en su apego a la tradición religiosa conserva sus costumbres siendo los pasos de la Semana Santa en la Catedral una oportunidad para el recogimiento espiritual y la vivencia de la pasión como desde hace siglos.
Nuestra señora de la Chiquinquirá en Aregue reúne todos los años a devotos venidos de todas partes y las celebraciones de San Juan Bautista (patrono de la ciudad) es motivo para el festejo cordial, así como en cada pueblo en la celebración de las fiestas patronales.
En Curarigüa todos los años San Antonio reúne golperos y tamunangueros, en Jabón San Benito lo hace con los tamboreros y bailadores.
Todo el año hay toros coleados, pues en cada pueblo hay una manga.
Vale la pena acercarse a los "Aranguez" donde concurren anualmente gente de todas partes en una cita con la cultura y el folclore.
Aregue, El Empedrado y Carora celebran rumbosos carnavales con procesión de carrozas y comparsas.
El Teatro Alirio Díaz tiene una programación todo el año artística, musical, teatral, pone en sus tablas lo mejor local, regional y nacional. Así como muestras arqueológicas.
En Navidad las calles de Carora se encienden de luces y alegría.
Carora tiene una cocina autóctona, variada y gustosa, no deje de probar la tostada caroreña, el lomo prensado, el mondongo de chivo, la patica e’ grillo, el churrasco, el suero en tapara, las conservas de buche, las empanadas de coco, el pan de tunja, solo por citar algunas de las tantas posibilidades.
Definitivamente míresele por donde se le mire Carora es un destino turístico de primera línea. Picón Salas apuntó una vez que Carora es la comarca venezolana que recuerda más a Castilla, a la mancha ocre y polvorienta, pero Carora no se ha quedado ahí, como gran ciudad cuenta con buenos servicios hoteleros, restaurantes con comida típica local, nacional e internacional al alcance de sus posibilidades, una red carretera que le comunica en buen tiempo y buena vía con todo el país, confortable terminal de pasajeros de donde salen y llegan a toda hora los transportes para ir y venir a cualquier parte, el servicio de taxi y carros libres cubre toda la cuidad.
El Diario de Carora para mantenerse informado al igual que toda la prensa regional y nacional, dos estaciones de radio AM y dos en Frecuencia Modulada, servicio de televisión por cable y de los canales regionales y nacionales, cobertura telefónica celular y suficientes y oportunos teléfonos públicos.
El Hospital Pastor Oropeza y la red de ambulatorios urbanos y rurales ofrecen un eficiente servicio de salud. También hay dos clínicas privadas, el servicio de ambulancias de Fahospo está presto a las emergencias al igual que el cuerpo de bomberos.
Carora es sede de los núcleos de la Universidad Politécnica, la Lisandro Alvarado, la Nacional Abierta, la Pedagógica Libertador y el Instituto de Tecnología Isaac Newton.
La practica deportiva no podría tener mejor escenario sino en esta tierra cuna del Cardenales de Lara.
La vida nocturna (aunque austera) ofrece un sin numero de alternativas.
Efraín Subero en su verso razón tuvo para evocar: "A Carora hay que ir y hay que volver. Hay que volver a ir. Hay que ir para volver. Entonces no podrá irse del todo porque se irá quedándose; Y tampoco podrá volver del todo porque vendrá trayéndola".



FUNDACIÓN



La ciudad de Carora fue fundada en el mes de septiembre de 1569 por el capitán Juan del Thejo con el nombre de "Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora". El citado fundador había sido Capitán, Justicia, Teniente y Alcalde Ordinario, por esa razón se justifica a Carora con la categoría de Ciudad. Además, Juan del Thejo repartió encomiendas entre sus vecinos, luego se ausentó de la ciudad recién fundada y en 1571 fue encargado de tomar residencia en la ciudad de Trujillo, se encargó de suplirlo el Capitán Pedro Maldonado para desempeñarse como Capitán y Justicia Mayor de la ciudad. Vivían en esa zona los aborígenes Ajaguas y Caquetíos, con un valor tremendo y un coraje tan grande que fueron calificados, según las crónicas, como bravos guerreros. Luego de fundada la ciudad por Don Juan del Thejo, se presume que en el sitio cercano al río Morere, por el noreste, en la vía hacia Aregue, hoy, Barrio Nuevo, era azotada constantemente por los indios, por lo tanto, el Capitán Pedro Maldonado tuvo que mudarla el 6 de enero de 1571 hacia el sitio que hoy ocupa alrededor de la Plaza Mayor. Fue destruida y quemada por los valientes Ajaguas, quienes no aceptaban ni querían a ningún hombre blanco español. En junio de 1572 vino el Capitán Juan de Salamanca, quien pacificó a los indígenas y repobló la ciudad, la rebautizó con el nombre de la Ciudad del Portillo de Carora. Ambas aventuras conquistadoras provinieron de la ciudad madre de El Tocuyo.
El nombre de ciudad del Portillo tiene dos referencias de las cuales me limito a indicar: la primera se refiere a la región donde había nacido el repoblador don Juan de Salamanca y la segunda es una Abra, puerta o abertura geográfica entre las montañas al oeste concretamente hacia la región zuliana.


ORIGEN DEL NOMBRE



Existen diferentes definiciones sobre el significado de la palabra Carora.
Para Pedro Arcaya, gran conocedor del pasado pre-hispánico de los aborígenes del occidente del país en su libro "Obra inédita y dispersa", el término "Carora es Karira, Kurura, Cigarra en goajiro. Uterga". Es decir, la típica y autóctona chicharra, la cual produce un sonido estridente y monótono hasta que se seca de emitir su ruido, produciéndole la muerte.
Los viejos cronistas e historiadores caroreños nombran a los indios, primigenios habitantes de este suelo como los Caroras, de modo que en las viejas crónicas este nombre identificaba a esta raza indómita, pobladora del valle de Bariquigua.
Para el politólogo Orlando Alvarez Crespo, la palabra Carora, etimológicamente deriva del vocablo Caraive Kurura, la cual significa "se acabará la comida".
Para el Dr. Tulio Chiossone en su libro "Diccionario Toponímico de Venezuela"... la etimología de este nombre puede hallarse en la voz Caro, árbol que existe en el territorio de Asia y Europa, familia umbelífera.
También se puede referir a Carora, india del Corasidie, jurisdicción de Carora. Ms.1619.


ETAPA PRE-HISPANICA



Los Ajaguas y Caquetíos: Los primeros habitantes de Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora, hoy, ciudad de Carora y sus parroquias vecinas fueron los indios Ajaguas, también denominados Axaguas, Ajaguas, Achaguas y los Caquetíos, quienes formaban el grupo étnico Arawaco . Estos vivían del cultivo común, en una completa armonía, pues todo lo que sembraban y cosechaban o extraían de esta tierra seca, lo repartían en comunidad y este reparto solidario y equitativo respondía a las necesidades de cada grupo familiar. Los Caquetíos tenían como dios al Diablo, con quien se comunicaban a través de unos sacerdotes a quienes llamaban "Boratios", mientras que los Ajaguas adoraban al Sol.
Según sostiene Cecilio Zubillaga Perera "esas razas indígenas eran muy prolíficas", es decir, muy abundantes.
Alimentación: Eran pueblos agrícolas, que vivían en completa armonía con la naturaleza; no destruían el ecosistema.
Se alimentaban de algunos vegetales como: maíz, yuca, batata, ajíes y otras raíces. Por medio de la caza comían venados, puercos de monte, conejos, zorros, loros papagayos y otros pájaros menores. Extraían de la planta de Cocuy un licor para embriagarse y del río Morere pescaban bagres y guabinas para su subsistencia.
Viviendas: Sus viviendas eran chozas elaboradas por ellos mismos, el techo era de palma con las paredes de caña, amarradas con bejucos y algunas veces eran construidas de barro. Su territorio era llamado Valle de las Auyamas y también conocido como Bariquigua, el cual era atravesado por el río denominado Zanjón de las Auyamas, bautizado más tarde como Morere.
Estos indios Ajaguas eran semi-nómadas y montaraces, es decir, tímidos y en el encuentro con los blancos españoles huyeron hacia los montes, por temor al conquistador, pero cuando se presentó el momento de enfrentárseles para defender sus tierras, sus mujeres y niños se les observó su coraje y valentía, ya que eran excelentes guerreros. Tenían sus caciques o indios principales entre los que se pueden nombrar a Arichacán, cacique de la ciudad de Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora, a fines de 1570; Cayatagua, indio principal en 1570 del pueblo denominado Las Ollas, ahora conocido como parroquia Camacaro.
Cuentan las crónicas que en un comienzo, en el año 1535, sus aborígenes eran hospitalarios y cordiales. Nicolás Federman en su conquista a Maracaibo envió a sus compañeros bajo el mando del capitán Diego Martínez por la vía hacia la provincia de Carora hasta el Valle de Tacarigua y en el contacto con los Caroras, denominación que también se les daba a los aborígenes que habitaban en esta zona, encontraron muchos indios ricos y afables quienes les permitieron descansar en estas tierras durante dos meses. Según relata el padre Aguado, "el desahogo y descanso necesario en un territorio ameno y salubre, lleno de indios industriosos y mansos que le aseguraban, desde luego, abundantes provisiones de pan y carne"(1), luego siguió Martínez hacia El Tocuyo con pequeños enfrentamientos de poca importancia.
Manifestaciones Culturales: Cultura: es la forma de vida de una comunidad, de un pueblo, de una nación. Nuestras costumbres, idiomas, conocimientos, vestidos, hábitos alimenticios, formas de trabajar, tradiciones, creencias, manifestaciones musicales y folclóricas, todo eso es nuestra cultura.
Las manifestaciones culturales de nuestros aborígenes aún están presentes entre nosotros, entre ellas podemos nombrar la cerámica de Camay, región situada al norte de Carora, donde se han encontrado cerámicas semejantes a la fase Tocuyano 200 años antes de Cristo y los petroglifos de Pedernales, ubicados en la parroquia Montes de Oca, cercano a la población de Altagracia, también se han encontrado valiosas urnas en las zonas de Los Arangues, El Empedrado y Las Palmitas.
Otra manifestación cultural, presente entre nosotros es el uso del chinchorro y el consumo de la arepa de maíz.
Entre los instrumentos musicales se pueden nombrar al Botuto, flauta con la cual tocaban en sus ceremonias religiosas.
Encomiendas y Repartimientos: Los conquistadores consideraban que los indígenas eran seres salvajes, sin alma, sin sentimientos y en consecuencia para su beneficio los sometían y encerraban en un determinado espacio geográfico. Bajo el pretexto de enseñarles la religión católica y el idioma Español, los utilizaban gratuitamente en los diferentes trabajos diarios; a esto se le denomina Encomienda.
El repartimiento consistía en entregar grandes lotes de tierra para el uso agrícola a los españoles, quienes venían a éstas tierras con el permiso de la autoridad española.
En la jurisdicción de Carora y sus lugares circunvecinos existieron en 1617 encomiendas o doctrinas con sede ambulante, ordenada por el gobernador y Capitán General Francisco de la Hoz Berrío, como lo señala el Dr. Reinaldo Rojas en su libro "Historia Social de la Región de Barquisimeto en el Tiempo Histórico Colonial 1530-1810".



Personajes ilustres



DR. JUAN AGUSTIN DE LA TORRE
Nace en la ciudad de Carora en el año 1750. Fueron sus padres Don Juan Agustín de la Torre y Sánchez y Doña Juana Paula de Urrieta. Su familia ocupó importantes cargos administrativos y políticos en la ciudad colonial caroreña del siglo XVIII, de buena posición económica, motivo por el cual le podía proporcionar una buena educación a este joven que con el tiempo se llegó a convertir en uno de los venezolanos más destacados en las letras y en el pensamiento jurídico de su tiempo. Juan Agustín de la Torre fue el primer rector seglar, es decir, sin hábito ni cargo religioso, que tuvo la Universidad de Caracas.
Sus primeros estudios los realiza bajo la tutela de su familia, quien le contrata una institutriz. Posteriormente toma las primeras lecciones de latinidad, importante disciplina para el conocimiento, en el Convento de Santa Lucía de Carora, en el año 1775. Es en este centro de enseñanza donde adquiere la disciplina y el aprendizaje de su formación. Más tarde continúa sus estudios en Caracas en su ilustre y Pontificia Universidad, donde se destaca por su talento y dedicación al estudio y obtiene el título de Doctor en Derecho Civil en Sagrados Cánones. Por su honrosa capacidad es electo Rector de la Universidad durante el período 1789- 1791, época en la cual se desarrollaba en Europa, concretamente en Francia, la famosa Revolución Francesa y despertaba las ideas de la ilustración y el Enciclopedismo.
Es el Rector innovador y creativo, pues introduce los estudios de Filosofía Moderna y pone fin al Aristotelismo, corriente filosófica que perduró por muchos años en todas las universidades del mundo. Además crea la enseñanza de las Ciencias Modernas e instala la Física, la Matemática y la Química dentro del pensum. Se recuerda el discurso sobre el Elogio de las Matemáticas, en el cual expresa la importancia del estudio de estas disciplinas para el desarrollo del país y como influye en los cálculos, en las siembras, en el comercio y en la agricultura. Por su condición de ser un excelente orador despertaba la atención al auditórium y sus ideas bien fortalecidas sobre el progreso, el desarrollo social y los derechos del hombre, le permitieron ser un extraordinario profesor que influía de manera positiva en las personas, de tal forma que sus alumnos posteriormente llevarían a cabo la Guerra de Independencia en Venezuela.Fue asesor del Consulado de Comercio de Caracas desde que se fundó en 1793. Creó la Constitución de Caminos, Dragados de los ríos y creó leyes para reprimir el contrabando. Fue fundador del Colegio de Abogados de Caracas, del cual ejerció la primera presidencia, fue abogado de la familia del Libertador Simón Bolívar y con sus conocimientos jurídicos le salvó el inmenso capital a esta familia.
Fue amigo de los grandes patriarcas de la Emancipación como: Simón Rodríguez, Miguel José Sanz, Manuel Palacio Fajardo, Francisco Javier Uztarariz, Juan Germán Roscio y otros dignos representantes ideólogos de la libertad americana.
De Juan Agustín de la Torre se expresó Mariano Talavera y Garcés: “Un gran orador que podía codearse con los mejores de Europa”. Muere en Caucagua, hoy estado Miranda en 1804, a la edad de 54 años.



PRESBITERO BACHILLER JOSE FELIX ESPINOZA DE LOS MONTEROS
Este insigne educador nuestro nació en la ciudad de Carora un 3 de septiembre de 1756. Era hijo de Don José Agustín Espinoza y Doña Nicolasa Gómez Ferrer. Tuvo el mérito de ser uno de los primeros educadores del occidente del país. Se ordenó de sacerdote en Caracas y fue nombrado cura párroco de Arenales. Durante su gestión en ese poblado se construyó el templo que todavía se conserva. Este hombre fue un adelantado para su época, especialmente en el campo educativo. Fundó una escuela en el pueblo de Arenales antes de la visita del obispo Mariano Martí, quien recorrió Carora y sus pueblos adyacentes para dar inicio a los estudios regulares en la zona.Este sacerdote era un verdadero ejemplo de rectitud en defensa de la libertad del individuo, pues sostenía desde el púlpito que era pecado mortal poseer esclavos y por supuesto explotarlos vilmente. Estas palabras, en aquellos tiempos, herían los intereses económicos creados por la explotación del hombre hacia el hombre. El padre Espinoza de los Monteros demuestra su integridad y su temperamento como apóstol de la libertad con la decisión de liberar todos los esclavos de su iglesia.Entre sus discípulos se encuentran los próceres de la independencia: el General Pedro León Torres, Coronel Etanislao Castañeda, Coronel Julián Montes de Oca, Capitán Fernando Perera, entre otros y al prócer civil Fraile Ildefonso Aguinagalde, educador de grandes dimensiones.Murió donde siempre ejerció su apostolado educativo y revolucionario, en Arenales, el 4 de septiembre de 1819, a los 63 años de edad, de una dilatada vida ejemplar, pero no llegó a ver consagradas sus ideas independentistas, consolidadas dos años más tarde en la Batalla de Carabobo en 1821.



DOCTOR DOMINGO ANTONIO PERERA ALVAREZ
Nace en la ciudad de Carora en 1760. Fueron sus padres Don Lázaro Perera Ancheta y María Petronila Álvarez. Inicia sus estudios en Carora en el Convento de Santa Lucía de los frailes Franciscanos y luego es enviado a Caracas para proseguir sus estudios universitarios en la Universidad de Caracas, donde egresa con el título de Licenciado en Derecho Civil. Inicia su trabajo como abogado en su ciudad natal y luego se traslada a Barquisimeto, donde se destaca por su honestidad y honradez.
Se cuenta que José Antonio Páez le había consultado un problema jurídico y precisamente el día que venía a saldar el pago fue asaltado por dos bandoleros y éste asesina a uno de ellos, aquí comienza la inclinación de Páez hacia la causa de la Independencia.
Participa activamente en los movimientos independentistas y la Junta Suprema de Caracas lo designa para que promueva las ideas revolucionarias en la ciudad, otorgándole el grado de Teniente de Justicia Mayor. Publica el Acta de Declaratoria de la Independencia en 1811 en esta parte de la provincia de Venezuela. También ejerce el cargo de Alcalde Ordinario y Abogado del Congreso de Venezuela.Al llegar Monteverde a Barquisimeto en 1812, es perseguido y sometido a prisión, conducido a pie a Coro y luego es trasladado a Puerto Rico. Fue liberado en 1814 y se incorpora de inmediato al ejercito del General Rafael Urdaneta. El 9 de agosto de 1814 es sorprendido Urdaneta, quien controlaba la plaza de Barquisimeto, por el jefe realista, José Ceballos. Por esta razón hubo la necesidad de huir rápidamente por la vía de Cabudare y los soldados de Ceballos los persiguen y fue asesinado el Dr. Perera en el sitio conocido como la Cruz Blanca de Barquisimeto, donde se erige un monumento por la muerte de este prócer civil caroreño.



LICENCIADO PEDRO REGALADO DE ARRIECHE
Nace en Carora, el 2 de noviembre de 1762. Hijo de Luís Felipe de Arrieche y Doña Josefa de Arrieche, familia de elevadas virtudes ciudadanas y patrióticas. El joven Arrieche cursó estudios en el Convento de Santa Lucía de Carora, donde recibió una educación fundamentada en la Gramática, Lengua Latina y Algebra, elementos esenciales que sirvieron de basamento para continuar sus estudios en la Universidad de Caracas, donde se gradúa de abogado en el año 1795. Se desempeña como asesor del Consulado de Comercio de Caracas por su condición de abogado litigante en los juicios mercantiles y también como gran promotor del comercio en la época colonial.
Por la causa independentista se inicia como auditor del Marqués del Toro en la campaña de 1810; fue además diputado al Congreso Constituyente de 1811, representando al Cantón Carora, al cual no pudo asistir por encontrarse enfermo en su ciudad natal.
Pedro Regalado de Arrieche fue tío materno del General Pedro León Torres. Muere en 1812 a la edad de 50 años.



CAPITAN JOSE DE LA TRINIDAD SAMUEL PERNALETE
Nació en Carora, el 3 de abril de 1762. Fueron sus padres José Antonio Samuel y Juana Petrona Pernalete. Su infancia transcurrió en su ciudad natal. Aunque era un pardo, su familia tuvo algunas propiedades, ganado y esclavos, los cuales le permitieron obtener una buena educación. Su familia se alimentó de las ideas cristianas, las cuales fueron ennobleciendo su alma y su espíritu de libertad social.José de la Trinidad se casó con Josefa del Rosario Baño, de esa unión nacieron José Antonio, José Manuel, José de la Cruz, Luciano, Josefa y Juana Josefa Samuel Baño.Cuando Fernando Rodríguez del Toro e Ibarra, conocido como el Marqués del Toro, pasa por Carora en dirección a Coro, donde los realistas se oponían rotundamente a la emancipación venezolana, se le une toda la familia Samuel.José de la Trinidad junto a sus cuatro hijos y los sobrinos a quienes educaba y protegía en el seno de su hogar, se fusionaron en una sola idea para brindar con su conciencia el profundo sentimiento de libertad. Dejaron tierras, esclavos, siembras, animales, todas sus propiedades, además de la madre y sus hermanas para luchar por el patriotismo de libertad de Venezuela.Luego de cumplida esta misión regresa a Carora y acompaña al Comandante Manuel Felipe Gil, jefe de la Plaza, a controlar la comarca caroreña, lo cual duró muy poco liberada, pues el 12 de marzo de 1812, en las solemnidades de la Semana Mayor, llegó a Carora el Comandante Domingo Monteverde con su implacable maldad. En ese preciso momento toda la familia Samuel huye hacia Los Andes y se residenciaron en la ciudad de Mérida. Monteverde junto con el indio Reyes Vargas y sus siniestros compañeros embargaron todos los bienes de la familia Samuel y los vendieron en una subasta pública en la ciudad de Carora.Cuando se inicia la Campaña Admirable, desde la Nueva Granada José de la Trinidad Samuel se incorporó de nuevo al ejército patriota, comandado por José Félix Rivas y se desempeña como un hombre de armas en la Batalla de Niquitao y en Los Horcones cerca de Barquisimeto. En 1815 se une a José Antonio Páez y actúa en las batallas de El Yagual, Achaguas, Guasdalito, Mucuritas y La Mata de la Miel. Más tarde se une al Libertador en la Campaña del Sur, actúa en Pisba o el Paso de Los Andes, desafiando las bajas temperaturas de esa región. También participó en la Batalla de Boyacá, donde realizó un destacado trabajo militar. Su hoja de servicio como militar fue tan importante que es considerado un héroe de Colombia.
Se traslada a su ciudad natal junto a su familia, ocupa la Jefatura Militar de la ciudad y muere después de 1824, a la edad de 62 años. Con la muerte de José de la Trinidad Samuel se apagó la luz del heroísmo, la constancia y la dedicación de estos hombres dignos de imitar, quienes cristalizaron con su acción el valor y el patriotismo para conquistar la Independencia de Venezuela.



DOCTOR JOSE MANUEL DE OROPEZA
Nace en la ciudad de Carora, el 8 de agosto de 1774. Fueron sus padres Don José Manuel de Oropeza y María Cecilia de la Torre. Inició sus estudios en su ciudad natal en el Convento de Santa Lucía, de los Frailes Franciscanos y luego se trasladó a Caracas, donde continuó sus estudios en Derecho Civil, obteniendo el título de abogado con excelentes calificaciones. Contrae matrimonio con María Antonia Muñoz. Ejerce el rectorado de la Universidad de Caracas en 1819, es el segundo caroreño en ejercer este prestigioso y distinguido cargo académico.
Además por su carácter y personalidad enérgica se une a la causa del rey, es decir, que milita en la causa realista, en la cual ejerce el cargo de Teniente, Gobernador, Auditor de Guerra de los ejércitos del rey, en la Capitanía General de las provincias de Caracas y Venezuela. Pertenecía a la familia patriótica de la ciudad de Carora en la condición de tío de la familia Torres Arrieche, sin embargo, su sobrino el Coronel Francisco Torres, del ejército patriota, le otorgó el salvoconducto, a él y a su familia, para emigrar a la isla de Puerto Rico, donde más tarde murió.



GENERAL JUAN JACINTO LARA
General de División Juan Jacinto Lara, bautizado en Carora, su ciudad natal, el 5 de Junio de 1778, por el Pbro. Bachiller don Pedro Meléndez y fueron padrinos su tío Don Juan Manuel Meléndez y Doña Josefa Ferrer. Este héroe caroreño se entregó a la Guerra de la Independencia con patriotismo, asombro valor y lealtad a Bolívar en todo momento. Son muchísimas las batallas en que se encontró. Estuvo bajo su mando la división que salvó el parque en Corpahuaico y fue uno de los grandes héroes de Ayacucho. Conquistó por su valor la Medalla de los Libertadores de Colombia y el Sol de Perú. Son tan conocidas sus proezas; basta saber que Lara y Torres son los nombres más gloriosos del Estado Lara y de los principales creadores de la Independencia Americana. Fue después de Gobernador de la Provincia de Barquisimeto en 1843. Murió en Barquisimeto el 25 de Febrero de 1859; sus restos, por justicia se encuentran en el Panteón Nacional.
El General Lara al terminar su actuación guerrera, volvió a Carora, donde se casó el 15 de Septiembre de 1830, con Doña Nemesia Urrieta. El Reverendo Hermano Basilio, de la Congregación Hermanos de las Escuelas Cristianas (de la Salle) en su obra "Cerámica de Camay" afirma entusiasmadamente que el General Juan Jacinto Lara, nació en el Caserío Camay.
Funda el culto religioso su peregrina afirmación en referencias obtenidas por personas de ese lugar, especialmente Cándida Meléndez y Conchita Meléndez, muertas casi centenarias. Agrega que dichas damas decían que ellas "bailaron con el General Juan Jacinto Lara en Camay siendo éste ya entrado en año". También escribe el Hermano que "Don Juan Jacinto Meléndez y Don Ramón Lameda compraron estas tierras (las de Camay) al Rey", porque ellas eran una "posesión real". Nada más simple que esa manera de expresarse en orden a la adquisición de tierras, pero dejamos de lado este asunto por no interesar ahora. Bien han podido unos señores con los nombres dichos tenido una posesión en Camay, pero sin que esto quiera dar la idea de población alguna, para que se hable de fundación. Así mismo escribe el Hermano que Doña Juana Paula Meléndez (madre del General Lara) nació en Camay y que el padre de éste era descendiente "con toda probabilidad que los Lara de Quíbor y Carora" y que tenía en Camay "una posesión o fundo, con casita de campo y es en ella, donde a decir de la tradición nació Juan Jacinto Lara".
Todas estas informaciones no sólo carecen de base seria alguna sino que también están en contra de los documentos fidedignos. El padre del General Lara era de Antequera, España, y llegó a Carora donde casó al poco tiempo, el 29 de Octubre de 1764 con Doña Juana Paula. Doña Juana Paula nació en Carora en 1740 y era hija de Don Juan Jacinto Meléndez y Doña María Rosalia Urrieta. No hay constancia de que Don Miguel de Lara tuviera fundo en Camay.
El dicho Juan Jacinto Meléndez no es el citado por el Hermano como "fundador" de Camay, ya que las nueve hijas que señala éste y cuyos nombres cita, no figuran entre las del esposo de Doña Juana Rosalía Urrieta, las cuales conocemos por su testamento y por las respectivas partidas de bautismos. Es posible que el Juan Jacinto que tuvo tierras en Camay sea el hijo de Don Juan Jacinto Meléndez y Doña María de los Reyes Fernández.
Conviene hacer notar que si las referidas hermanas Cándida y Conchita Meléndez fueron las que en 1952 informaron al Hermano (como parece haber sido, ya que las citas como "testimonios") no eran "casi centenarias", como en su obra refiere, sino que han debido tener alrededor de 110 años para poder haber bailado con el Héroe, el cual murió el 25 de Febrero de 1859.
Somos ajenos a dar crédito a la tradición en ciencias genealógicas, porque es raro no hallarla arropada de relatos nacidos de la fantasía; pero, si es que hay que darle crédito en este caso, es bueno preguntar ¿Por qué despreciar la tradición ilustrada de Carora y de los descendientes del Prócer, para acoger la de personas ayunas de conocimientos en la materia y en quienes podía sospecharse un natural interés lugareño? No podemos dejar de decir, por otra parte, que nada disminuiría la gloria del General Lara si hubiese nacido en Camay, como tampoco la de la ciudad de Carora, ya que ese sitio estaba comprendido dentro de su territorio capitular y que todos los nacidos dentro de este territorio eran naturalmente caroreños.
Es bueno consignar aquí nuestra desaprobación al hecho de haberse colocado en el caserío Camay una placa donde se afirma que allí nació el Héroe Epónimo del Estado Lara. Esto constituye una tergiversación de la historia que las autoridades están obligadas a impedir para evitar engaños futuros. En cuanto a lo que en su nombrada obra refiere el Hermano Basilio en orden a las Familias Arroyo, Arispe, Montesdeoca, Riera y Gutiérrez diremos que basta consultar las partes correspondientes a estas familias en la presente obra, para darse cuenta de lo inaceptable que es la hipótesis que sobre el origen de las mismas emite eminente religioso. En cuanto al Obispo Arroyo, bien ha podido suceder que su nacimiento se haya efectuado ciertamente en el sitio llamado La Tierra, señalando por el Hermano, pues veremos al hablar de la Familia Arroyo que el Prelado nació en un campo de la jurisdicción de Carora, que bien ha podido ser el nombrado.



GENERAL PEDRO LEON TORRES
Héroe entre los grandes de Venezuela, a quien sus paisanos rinden siempre el mayor tributo de admiración y de cuya vida heroica quedan inmarcesibles recuerdos en la historia americana. El autor se contenta en trasladar aquí con su admiración y devoto culto las páginas que Don José María Zubillaga Perera le consagra en su Obra "Procerato Caroreño". Helas aquí:
"Pedro León de la Trinidad de la Torre y Arrieche, nació en la ciudad de Portillo de Carora el 25 de Junio de 1788. Las páginas de la historia independiente de la América, son fatigadas con los brillantes hechos de este gallardo paladín. Sus servicios a la Patria fueron eminentes y son bien conocidos en todo el vasto territorio que media desde las riberas del apacible Morere hasta las del impetuoso Guáitara; por eso este Distrito, que con orgullo lleva su glorioso nombre, justiciera y merecidamente, lo ha consagrado como su héroe Epónimo. Sus altos grados militares los obtuvo en el propio campo de batalla, admirado de sus superiores por su avasalladora intrepidez: díganlo si no los campos inmortales de San Félix y Bomboná. Piar, el invicto, admirando el singular arrojo con que el ilustre hijo de Carora se bate en el centro de batalla, cuyo flanco mandaba, lo asciende a General de Brigada y al comunicarle al Jefe Supremo el resultado de la acción, le dice: "A Torres primero que a otro para General; es un muchacho a quien se le debe mucho en el triunfo de ayer".
Cinco años más tarde en la hecatombe de Bomboná, donde el León de las Llanuras caroreñas es derribado de un balazo cuando al frente de sus diezmados batallones, con épico coraje, trata de forzar los inexpugnables atrincheramientos enemigos, el Libertador lo eleva en el propio campo donde se cubrió de gloria, al alto rango de General de División. Y no sólo con los laureles de Marte orló su frente olímpica, sin que también con las preseas del hombre civil, ocupando con honor su puesto de Diputado al Congreso de Angostura.
Sucre y Torres fueron los jefes más connotados que enviara Bolívar al Sur de Colombia para emprender desde allí la magna empresa de llevarles la libertad a los descendientes de los Incas. Esplende Sucre en Pichincha, mientras que Torres, en las insalubres regiones de Pasto, diezmados sus escuadrones por el paludismo y las continuas deserciones, da frente a la terrible situación con espartano heroísmo, y resiste en Popayán las formidables embestidas con que de continuo lo asaltaban los contumaces pastusos. "Esta situación es terrible, las fiebres y la deserción merman nuestros ejércitos, y sobre todo la rebeldía de los pastusos tan contrarios a nuestra causa como Coro entre nosotros", tales son los párrafos de la última carta que la familia Torres de Carora, recibiera de su deudo benemérito.
"La actuación de Torres como Comandante en Jefe del Ejército del Sur, cargo que le dio el Libertador "confiado en las virtudes y talentos militares" del jefe caroreño, fue de gran importancia para los sucesos que se desarrollaban, pues amenazando de continuo de invadir a Pasto, y resistiendo firmemente en Popayán, impidió que los 3.000 hombres tan resueltos que comandaba Basilio García, cayeran por retaguardia sobre Sucre, que daba frente a los 2.000 infantes de Aymerich.
Las mortales heridas que recibiera Torres en Bomboná, el 7 de Abril, fueron la causa que produjo su muerte, acaecida ésta en el pueblo de Yacuanquer el 22 de Agosto de 1.822.



CORONEL MANUEL MORILLO
Este es uno de los héroes más importantes de la galería de patriotas que ha dado la ciudad de Carora, pues era un hombre de pueblo, de raíz humilde, pero noble de corazón y de encendidas ideas revolucionarias a favor de la libertad americana. No se sabe con exactitud la fecha de nacimiento, pero según el Dr. Andrés Riera Silva nació a principios de 1790 en la ciudad de Carora. Se incorporó a las filas patriotas desde su juventud. Cuando Monteverde tomó posesión de la ciudad de Carora en 1812, Manuel Morillo junto con otros patriotas caroreños tomaron los campos para organizar un ataque al invasor, pero no lograron su objetivo. Cuando se enteraron que Bolívar invadía el territorio trujillano en la Campaña Admirable, se unieron al ejército del Libertador y militó como Capitán a las órdenes del General Rafael Urdaneta, alcanzando victorias en las diferentes batallas. Luego se unió al General José Antonio Páez en el Batallón Bravos de Páez, interviniendo en la campaña de Los Llanos Venezolanos y más tarde se traslada a Colombia para participar en la Campaña del Sur, donde se batió en las Batallas de Gameza, Pantano de Vargas y Boyacá.En esta última batalla fue tanto el valor demostrado por Morillo conjuntamente con todo su batallón que recibió el nombre de “Vencedores de Boyacá” y fue ascendido al grado de Coronel. Regresa a Venezuela y participa con su batallón en la Batalla de Carabobo, con la cual se alcanza la Independencia de nuestro país en 1821.
Retorna de nuevo a Colombia, en 1822 y actúa con su permanente valor en todas las batallas que se llevaron a cabo contra los enemigos realistas. Por último participa en la Batalla de Bomboná, donde muere abatido por una carga de bayoneta, al lado del General Pedro León Torres, quien también fue herido mortalmente en ese combate. Estos caroreños tributaron con su sangre la libertad del pueblo colombiano.



CORONEL JULIAN MONTES DE OCA ALVAREZ
Nació en la ciudad de Carora, el 28 de enero de 1792. Fueron sus padres Juan José Montes de Oca y Gregoriana Álvarez Participó en la Campaña Admirable junto a Simón Bolívar en 1813, con Urdaneta en Bogotá, también participó en la expedición de Los Cayos, en las batallas de Quebrada Honda, Chaguaramas, Alacranes y El Juncal bajo el mando del General Manuel Piar y de Bolívar Luego de la campaña de Guayana se le otorga con el ascenso de Coronel y es destinado para emprender la campaña de Coro en 1821;la cual no pudo desarrollar pues se tuvo que retirar del servicio a la causa patriota por enfermedad y se dedicó a vivir y tranquilamente en su ciudad natal, donde muere de un síncope cardíaco el 8 de febrero de 1833, a los 41 años de edad.



CORONEL JOSE MARIA CAMACARO ROJAS
José María Camacaro, también conocido como el “Indio Camacaro”, nació en el pueblo de Río Tocuyo el 12 de enero de 1792. Fueron sus padres Pedro Camacaro y Gerónima Rojas. Participó en la Campaña del Marqués del toro a la edad de 18 años y en la Campaña Admirable de 1813. Estuvo unido a los batallones de José Antonio Páez y combatió en las batallas de Mata de la Miel, Mucuritas, El Yagual y fue uno de los grandes héroes de las Queseras del Medio como un sargento de los 150 inmortales quienes se enfrentaron a 3000 realistas en este insigne combate de los Llanos Venezolanos, donde obtuvo la victoria el ejército patriota.Es designado en la campaña del Sur en Colombia y actúa en las Batallas de Gameza, Pantano de Vargas y Boyacá. Regresa a Venezuela bajo el mando de Páez y participa en el extraordinario triunfo de la Batalla de Carabobo.Se traslada al Perú y participa en la Batalla de Junín, con un arrojo y una valentía que formaba parte de su personalidad guerrera. Muere el 27 de febrero de 1827 en manos de un escuadrón de caballerías, en la Batalla del Portete de Tarqui, en Perú, a la edad de 35 años, defendiendo el ejército patriota comandado por el Mariscal Antonio José de Sucre.



FRAY ILDEFONSO AGUINAGALDE
Nace en la ciudad de Carora el 23 de enero de 1792. Fueron sus padres Don Vicente Aguinagalde y Doña Inés de Luques. Dilecto alumno del padre José Félix Espinoza de los Monteros en la población de Arenales, donde cursó estudios de latín. Se traslada a la ciudad de Mérida a continuar sus estudios superiores en la universidad y en el seminario en las cátedras de Filosofía, Teología y Derecho Canónico. Fue alumno del insigne maestro Mariano Talavera y Garcés.
Cuando se produjo el terremoto de 1812 que destruyó muchas ciudades de Venezuela, casi por completo y particularmente la ciudad de Mérida, se marcha a Caracas, donde decide incorporarse a la orden de los Frailes Franciscanos para ordenarse como religioso. Regresa a su ciudad natal y decide abrir la Cátedra de Latinidad en el Convento de Santa Lucía, el cual había sido cerrado por el Congreso de Cúcuta en 1821. En esta cátedra se forman un gran número de jóvenes del occidente del país, quienes van a destacarse con su participación decisiva en el siglo XIX venezolano.
Por su posición política a favor de los liberales y en contra de los godos conservadores es expulsado de la ciudad. Antes marcharse a Caracas realiza la famosa Maldición del Fraile. Montado en un burro, con la vista hacia la cola del animal y sacudiendo el polvo de sus sandalias maldijo a los godos hasta la quinta generación.
En Caracas continuó ejerciendo la docencia y fue profesor de la Universidad de Caracas. Se cuenta que cuando ejercía los oficios religiosos a un difunto, preguntaba sobre su militancia política y si éste pertenecía al partido conservador decía en voz baja: “Agua bendita perdida, alma de godo no se salva”.
Murió en la ciudad de Caracas el 10 de enero de 1882, a los 90 años de edad.



CORONEL ETANISLAO CASTAÑEDA
Nace en el pueblo de Arenales en el año de 1793. Fue discípulo del padre José Félix Espinoza de los Monteros, de quien aprendió las sabias ideas de la libertad.
Cuando trabajaba en el Hato El Tigrito, propiedad de la familia Torres Arrieche, decide incorporarse al ejercito de Bolívar, por lo tanto, se traslada a Trujillo en 1813 y se integra a la Campaña Admirable, donde participa en las batallas de Los Taguanes, Araure, Vigirima, Maturín y Urica, mostrando su valentía y heroismo en cada una de estas luchas independentistas. Al perderse la Segunda República se esconde como un ermitaño en los bosques del Oriente del país hasta que llegan las expediciones de Ocumare y la Campaña de Oriente, en las cuales se incorpora nuevamente a la causa patriótica, participó favorablemente en la Campaña del Sur hasta lograr la libertad de América en Ayacucho.
En 1844 fue uno de los fundadores del partido liberal de Venezuela y participo también, activamente en la Guerra Federal, donde obtuvo el grado de general en Jefe de los Ejércitos de la Federación. Formó su familia en el estado Carabobo, donde murió, en la ancianidad, luego de haber ocupado altos cargos militares y civiles y ser un hombre de grandes méritos para el servicio de la patria.



JUAN DE LOS REYES VARGAS: Nace en Río Tocuyo, probablemente a finales del siglo XVIII y muere en Carora el 28 de marzo de 1823. Tuvo notoriedad luego de que en 1810 se incorpora a las tropas de El Marqués del Toro, quien se aprestaba a someter la indómita ciudad de Coro.



JUAN JOSE BRACHO PEREZ: Médico y poeta, nació en Carora en 1858 y murió el 29 de febrero de 1896 en su ciudad natal.



RAMON POMPILIO OROPEZA: Conocido por ser uno de los educadores más prestigiosos del occidente del país, nació el día 13 de noviembre de 1860 en Carora y murió el día 21 de marzo de 1937.



JOSE HERRERA OROPEZA: Periodista e ilustre humanista venezolano, nació en la ciudad de Carora el 27 de febrero de 1885 y muere el 17 de diciembre de 1935, en su ciudad natal.



CECILIO "CHIO" ZUBILLAGA PERERA: Nació en Carora el 1º de Febrero de 1887. Fue un escritor y polemista de estilo muy personal y elegante. Dotado de un enorme talento, escribía con facilidad sobre diversos temas; no era hombre de alardes literarios, pero hacía gustar al lector lo que escribía, aunque fuera ardua y pesada la materia. Era un infatigable trabajador intelectual que honraba a menudo con sus artículos a "El Diario" de Carora. Entre sus innumerables artículos nos complacemos en citar; por su especial importancia, el que tituló "La Instrucción Secundaria en Carora", que es un largo y bien planificado estudio, que hasta ahora no ha sido superado. Organizó en Carora un Archivo particular, al cual dio por nombre "Archivo Zubillaga" y que constituye hoy un tesoro documental en dicha ciudad y es una fuente de obligado estudio para los historiadores larenses. En dicho archivo, además de valiosos documentos y de numerosas correspondencia de utilidad histórica, existe el índice, hecho por el propio D. Cecilio, con anotaciones copiosas. Su vida privada la dedicó al cultivo de la tierra y en ello se hicieron sentir su actividad y su inteligencia. Era conocido generalmente con el sobrenombre de Chío y el cuarto que ocupaba en su casa era lugar de reunión y de cita de intelectuales de todas las regiones del país. Fue violenta en la vida política y defendió, con extremado ardor, sus ideas y principios. De ahí que no siempre logró mantenerse dentro del terreno de la equidad y de la justicia. Fue vehemente y a veces temerario cuando daba rienda suelta a su noble pasión por el bienestar social, pero es innegable que sus desvíos no estaban reñidos con su conciencia y que la buena fe inspiró siempre sus actos. Durante su última enfermedad revivieron exhuberantes los viejos principios religiosos y esto lo llevó a realizar con un sacerdote de renombre una sincera y humilde confesión sacramental y a dar consejos de hermosa convivencia. Murió santamente, en brazos de su amada hermana Carolina, mientras esperaba con sagrado anhelo la Sagrada Comunión, que, por lo intempestivo con que se agravó su enfermedad, no llegó a recibir, pero que suplió con piadosa comunión espiritual que le insinuó su hermana y con el nombre de Jesús en sus labios hasta que dejó de latir su corazón. El pueblo caroreño erigió a su ilustre hijo una artística estatua en una de las plazas de la ciudad. D. Cecilio murió célibe.

HONORIO SIGALA: Médico cirujano, político y notable hombre público. Nació en Curarigua, el 31 de diciembre de 1894, casó con Elba Arévalo, hija del periodista Rafael Arévalo González y muere en Barquisimeto el 22 de noviembre de 1976.



Presbítero SALVADOR MONTES DE OCA: Nació en Carora este ilustre Prelado el 21 de Octubre de 1896. Hizo sus estudios primarios en Carora, en la Escuela de Don Lucio Montes de Oca. Inclinado desde niño a la carrera sacerdotal, entró al Seminario de Barquisimeto; enviado después por su padre espiritual, Monseñor Aguedo Felipe Alvarado, al Seminario Pío Latino de Roma, permaneció en él varios años. Regresó luego al Seminario de Caracas, donde terminó sus estudios, durante los cuales fue modelo de inteligencia y aplicación. Recibió la ordenación sacerdotal en Barquisimeto, de manos de Monseñor Alvarado y en Carora cantó su primera misa. Fue luego Secretario del Obispo y Capellán del Santuario de la Paz en Barquisimeto. En el Congreso de 1927 fue electo Obispo de Valencia, donde fue consagrado el 23 de Octubre de 1927 por Monseñor Fernando Cento. Durante la Presidencia del Doctor Juan Bautista Pérez fue expulsado del territorio de Venezuela, por haber publicado para sus feligreses la doctrina de la Iglesia respecto al matrimonio. Después de dos años de destierro en Trinidad y Europa, regresó triunfante a Venezuela y a su Diócesis, a la cual dio lustre con su virtud, carácter, ilustración e inteligencia. Posteriormente renunció la Diócesis para ingresar a la Congregación de los Padres Sacramentinos de Italia. Más tarde, llevado por el deseo de entregar su vida a una mayor austeridad, se separó de dicha Congregación e ingreso a la Orden de los Cartujos. Durante la Segunda Guerra Mundial permaneció en su claustro de Italia y allí fue vilmente asesinado, junto con otros religiosos, por fuerzas alemanas por el motivo de haber dado asilo en el convento a patriotas italianos. En la ciudad de Valencia, capital de su antigua Diócesis, se le ha levantado una artística estatua en homenaje a sus virtudes y heroísmos. Dejó publicada varias monografías de interés.

PIO RAFAEL ALVARADO: Músico y compositor popular, nació en Curarigua el 4 de marzo de 1895. Fue el creador del conjunto de “Golperos Don Pío Alvarado”, quien hizo del trabalenguas y el golpe curarigueño una forma de cantarle a las cosas cotidianas de la vida. Muere en Barquisimeto el 24 de agosto de 1983.



ISMAEL SILVA MONTAÑES: Hijo de Ismael Silva y de Josefina Montañés. Debe abandonar sus estudios al concluir la primaria en la escuela regentada en Carora por Pablo José Álvarez (1913). Tenedor de libros en la firma comercial Flavio Herrera e Hijos Sucrs., cuyo dueño es su cuñado Rafael Herrera Oropeza, completa su formación a través del estudio autodidacta y aprende el oficio de tipógrafo. Administrador de bienes y propiedades, en particular las del general Santiago Briceño, monta una imprenta en Carora, la tipografía Arte, con la cual funda el periódico Unidad (1931-1935). Su interés por temas históricos y regionales se manifiesta con la publicación de su obra Imprentas y periódicos caroreños (1933) y por su participación en la primera edición del Historial genealógico de familias caroreñas (1933), escrito por Ambrosio Perera. En las postrimerías del régimen gomecista, Silva Montañés es uno de los primeros en dar a conocer en Venezuela, mediante una conferencia que dicta en la Sociedad de Artesanos de Carora, las encíclicas papales sobre la cuestión social y el pensamiento de la democracia cristiana. Instala imprenta propia en Chacao (Caracas) y durante los últimos años de su vida realiza la importante y meticulosa recopilación Hombres y mujeres del siglo XVI venezolano, que es publicada por la Academia Nacional de la Historia, de la cual fue miembro correspondiente por el estado Miranda. F.P.



PASTOR OROPEZA: Nació en Carora el 12 de Octubre de 1901 y terminó sus estudios de Medicina en la Universidad de Caracas en el año 1922. Empezó a ejercer su profesión en su ciudad natal y entonces publicó su primera obra titulada "El Niño", la cual fue muy bien recibida por los círculos médicos del país. En 1936 se trasladó a Caracas y fue encargado por el Ministro Dr. Enrique Tejera de organizar los servicios de Puericultura en el territorio nacional. Su obra, realizada en este importante ramo de la higiene pública ha sido brillante y, gracias a ella, el índice de mortalidad infantil disminuyó de un modo elocuente. La labor realizada por Doctor Oropeza en dicho campo le ha hecho merecedor de la gratitud nacional y de que sea considerado como uno de los venezolanos de más sólido prestigio dentro y fuera del país. Formó escuela y sus discípulos son los mejores heraldos de su gloria. Asistió a muchos congresos interncionales y publicó trabajos notables, entre éstos citaremos el que lleva por título "Palabras de un Pediatra", escrito con hermoso estilo y en el cual penetraron agudeza psicológica en muchos terrenos de la ciencia nacional. Fue diputado del Congreso Nacional y es Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina y muere el 7 de septiembre de 1991 en su ciudad natal.



AMBRISIO PERERA M: Médico cirujano, historiador, académico, educador y diplomático, nació en Carora el 7 de diciembre de 1904, Es cofundador, entre otros, del Centro Histórico Larense el 5 de diciembre de 1951. El Dr. Ambrosio Perera murió en Caracas el 6 de octubre de 1977.



CARLOS GIL YEPEZ: Médico Cirujano, especialista en cardiología. Nació en Curarigua el 20 de marzo de 1910, es uno de los fundadores de los estudios cardiovasculares en Venezuela. Ocupó el cargo de Adjunto al Servicio de Cardiología de Hospital Vargas, institución de la que fuera luego su director. Fundó junto al Dr. Agustín Zubillaga el Hospital de Niños y fue Médico del Hospital La Caridad de Barquisimeto.



JOSE "CHEITO" HERERRA OROPEZA: Abogado, periodista, profesor universitario y político. Nació en Carora en 1927, sirvió 3 períodos como diputado en el Congreso de Venezuela por el Estado Lara con el Partido URD, del que fue fundador. fue elegido Constitucionalista por el Estado Lara para la redacción de la Constitución de Venezuela de 1961. muere en Nueva York en 1980.



LUIS BELTRAN GUERRERO: Poeta universal, periodista, docente, abogado y ensayista consagrad; Académico de las Academias Venezolana de la Lengua y de la Historia, nació en Carora el 11 de octubre de 1914 y muere en Caracas en 1997. Durante muchos años publicó en El Universal sus crónicas "A Campo Traviesa", verdaderos mini-ensayos. Escribió, entre otras, las siguientes obras: "Candideces" (17 tomos), "Perpetua Heredad", "Sobre el Romanticismo y otros temas", "Palos de Ciego", "El Jardín de Bermudo", "Primera Navegación", "Anteo", "Secretos en Fuga", "El Visitante", "Modernismo y Modernistas". Hay diversas recopilaciones de su obra, por ejemplo "Obra Poética", "Ensayos y Poesías", y un volumen publicado por la Academia Venezolana de la Historia en 1977, "Luis Beltrán Guerrero". Aparte de sus libros, escribió numerosos artículos en diversos periódicos y revistas, y se desempeñó como Secretario de la Universidad Central de Venezuela, como Senador por su estado natal (Lara) en el Congreso de la República de Venezuela, y como Concejal en el Ayuntamiento de Caracas. También ejerció cargos en Relaciones Públicas en el Banco Central de Venezuela.



VALENTIN CARUCI: Músico, Nació el 14 de febrero de 1923 en El Paso de San Antonio, caserío perteneciente a la parroquia Antonio Díaz del municipio Torres. Presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN) y Primer Vice-presidente de la Confederación Internacional de Sociedades de autores y compositores (CISAC).



ALI LAMEDA: Poeta, crítico literario, traductor, periodista, redactor, diplomático y políglota, nació en la población de San Francisco, el 12 de junio de 1923. Murió en Caracas el 30 de noviembre de 1995.



ALIRIO DIAZ: Nace en La Candelaria, a unos 30 kilómetros de Carora, el 12 de noviembre de 1923. Músico guitarrista, que ha logrado cautivar, a mucha gente en el mundo, con la melodía que le imprime a las seis cuerdas de la guitarra.





GUILLERMO MORON: (Carora, Venezuela, 1926) Escritor e historiador venezolano. En 1954 se doctoró en filosofía en la Universidad Central de Madrid, y de regreso en Venezuela, ingresó como profesor de geografía, historia y ciencias sociales en el Instituto Pedagógico Nacional de Caracas. Como periodista dirigió el semanario El amigo del hogar y escribió columnas en varios periódicos como El Diario, El Impulso, El Nacional y El Heraldo. En 1956 se desplazó a Alemania, donde impartió clases de cultura hispanoamericana en la Universidad de Hamburgo hasta 1958. De nuevo en Venezuela enseñó historia de Venezuela en la Universidad Simón Bolívar de Caracas. Entre sus obras destacan Los borradores de un meditador (1958), Historia de Venezuela (1960), Historia política de José Ortega y Gasset (1960) e Imágenes y nombres (1972).



JUAN PAEZ AVILA: Periodista y escritor, ex -parlamentario y educador, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, ganador del Premio Nacional de Periodismo y de los concursos de cuentos del diario El Nacional y de la Dirección de Cultura de la Universidad Santa María, obtuvo también Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal con la biografía de CHÍO ZUBILLAGA CAROREÑO UNIVERSAL, cuya tercera edición publicó recientemente la Dirección de Cultura de la Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado” (UCLA).




MEMORIAS ÍNTIMAS DEL DR. OROPEZA



El 13 de enero de 1911. Fecha hondamente sombría para mi corazón: a las cinco menos diez minutos de la mañana, víctima de tan cruel como inesperada dolencia, murió la dulce compañera de mis bellos días, la abnegada esposa que Dios me había dado para que compartiese conmigo así las penas como las alegrías de la existencia, la cristiana mujer que sabía tomar para sí privaciones, sacrificios y dolores a trueque de satisfacciones para los suyos y aún para los extraños.
Atala! !Bien mío¡ Vida de mi vida¡ Tu muerte es el derrumbamiento de mi hogar. Sin el calor de tu seno ¿Cómo puedo yo formar esos cuatro angelitos que me dejas? Sin el secreto de tus virtudes cómo puedo yo continuar la obra empezada? Sin la fortaleza de tu alma cómo puedo yo sostener este edificio que ha quedado en escombros al sacudimiento formidable de la catástrofe?
Entre ruinas vagamos nuestras hijitas y yo. Todo es desolación: flores marchitas, esperanzas muertas, ilusiones desvanecidas, soledad infinita, un frío hiela y una oscuridad más densa que las tinieblas en que la alevosa muerte te envolvió cuando preparaba su golpe fatal.
¿Sufriste mucho? ¿Fueron muy grandes los dolores de tu cuerpo? ¿No es verdad que fueron más grandes los dolores de tu alma? Tu hogar, tu compañero, tus hijitas, todos los tuyos a quienes tanto amabas, ¿Cómo dejarlos sin sentir en el alma torturas infinitas?
Tú querías decirme muchas cosas ¿No es verdad? Querías hablarme de tus hijitas y legarme, junto con tus derechos de madre, el inagotable caudal de tus ternuras para con ellas; querías hablarme de mi mismo y, con la memoria de tus prudentes y discretas observaciones, dejarme muchos consuelos para mis congojas actuales y un mundo de esperanzas para la lucha que he de continuar sin tu ayuda; querías hablarme de todas tus otras afecciones y, mostrándome tu corazón, ya casi yerto, decirme que las tomase todas para mi. Pero la muerte, que casi siempre anda con espantosa rapidez, no te dio tiempo y un desgarrador "qué vas a hacer ahora?" fue cuando tus labios pudieron dirigirme. Después... el destino, los gemidos, las congojas, la oscuridad, la muerte.
Aquí quedo al pie de mi calvario con el corazón hecho pedazos y el espíritu azotado por recias tempestades. Tus hijitas me atormentan con mil interrogaciones candorosas a las que, en medio a la lucha que sostengo por aparecer sereno cuando las lágrimas pugnan por correr, no sé qué contestar.
Si las vieras! ... No se separan de mi lado como si quisieran encontrar en mí algo de esas inefables ternuras que sólo las madres saben prodigar.
Las mayorcitas han llorado mucho; pero Elisa, nuestro último adorado encanto se llenó de alegría cuando le mostré tu cadáver en la caja mortuoria. ¿Por qué tanto contento ante la madre muerta? Creería que te le hacías la dormida como tantas veces lo habías hecho... Pero si todos allí estábamos anegados en llanto ¿por qué no sufrió ella el contagio de tan intenso duelo? ¿Será que aquél espíritu infantil quiso decirnos que no es bueno llorar por los que mueren? ¿O será que la inocencia tiene el privilegio de comunicarse con el espíritu que antes animaba el vaso inerte que a su vista se le ofrece? !Cuántas consideraciones alrededor de esa alegría¡
Pero veo que no debo seguir turbando con mis quejas la beatitud en que te hallas. Tú eras buena y para los buenos hay promesas ciertas de venturas infinitas. Que no turben, pues, mis acentos lastimeros la vida de dicha perdurable conque Dios galardona tu bondad. Óyeme, sin embargo, una cosa: en mi peregrinación sobre la tierra he encontrado dos mujeres a quienes uniré siempre como un remedo de la Providencia; mi madre y tú. Allá está mi madre desde hace algunos años: únete a ella y pide a Dios que la fe no me falle y la esperanza me conforte.